Ananda

¿Cómo sé si mi hijo necesita terapia?

Por lo general cuando un niño recibe un diagnóstico médico, toda la familia se vuelca en buscar las terapias y la estimulación necesaria para que el niño pueda superar desafíos y convertirse en un adulto independiente, pero ¿qué pasa cuando no existe un diagnóstico pero el desarrollo del niño se desvía un poco de lo común?, ¿es posible que un niño “sano” tenga problemas en su desarrollo que dificulten obtener éxito en sus actividades de la vida diaria? La respuesta es… SI.

Existen circunstancias como embarazos difíciles, problemas en el parto /cesárea, vueltas de cordón, mala colocación del bebé, etc… primeros meses de vida complicados, adopciones, prematuridad, hospitalizaciones, enfermedad, mala adquisición de los hitos del desarrollo (es más lento en conseguirlos o algunos no suceden como el gateo), la disposición genética “la familia de mi marido es igual” “ lo que le pasa es que es igual que yo”… que hacen que el desarrollo normal del niño se vea truncado. Una vez que la urgencia médica ha pasado, el niño puede superar con éxito las pruebas pediátricas rutinarias, pero esto no significa que su desarrollo no se haya visto entorpecido por estas situaciones. Tenemos entonces niños con muchísimo potencial pero que, por algún motivo, fracasan en áreas de su vida como el aprendizaje, la comunicación, la autonomía o la vida familiar y social. En estas situaciones es muy común el desconcierto de padres y profesores; son capaces de ver que el niño hace todo lo que puede, pero hay algo ahí que no le permite tener éxito. O por el contrario, tendemos a exigirle al niño más de lo que puede ofrecer porque no entendemos el problema subyacente, y provocamos gran frustración y sensación de fracaso en el niño. Cuando un niño se siente frustrado o tiene problemas para desenvolverse en ciertas situaciones, es lógico que la conducta que manifieste no sea la más adecuada, que tenga rechazo a ciertas cosas o que el comportamiento desborde a padres y profesores.

Nuestro trabajo es encontrar la raíz del problema, localizar en qué punto exacto del desarrollo se encuentra el niño, qué habilidades ha adquirido y qué habilidades debería adquirir para ser más funcional en su vida diaria. En la mayoría de los casos, las conductas que observamos no son más que la punta del iceberg, sólo si identificamos lo que está provocando esas conductas, podremos ayudar verdaderamente al niño.

Aquí tenéis un listado de conductas observables:

– Problemas académicos a pesar de ser muy inteligente

– Dificultades con la lecto-escritura

– Coge mal el lápiz

– Excesivo movimiento

– Impulsividad, no ve el peligro

– Se distrae con facilidad

– Adquisición de malas posturas

– Problemas para coordinar sus movimientos: se le caen las cosas de las manos, parece “torpe”, choca con objetos…

– Su comportamiento se desorganiza en ciertas situaciones y es incontrolable

– Rechazo de ciertas texturas alimenticias, muy sensible al tacto

– Odia que le corten el pelo, las uñas o cepillarse los dientes

– Miedo a las alturas, se marea en el coche, excesivamente cauteloso

– No habla bien, parece que no encuentra las palabras en su cabeza, dificultades para comunicarse

– Se lleva todo a la boca, excesivo babeo

– Tiene problemas para masticar o tragar

– Timidez, introversión, le cuesta hacer amigos

– No controla esfínteres

– Sentimientos de frustración y baja autoestima. Siempre dice frases como “no puedo” o “no sé”

– Inmadurez respecto a su grupo de iguales

– Tiene manías y miedos irracionales

– Poca eficiencia en el desarrollo de las actividades de la vida diaria (alimentación, vestido, aseo, organización del espacio personal, etc.)

Si tu hijo manifiesta varias conductas de este listado es muy posible que necesite terapia.

Consúltanos tus dudas sin compromiso.

Si tu hijo tiene un diagnóstico de:

– Trastorno de Espectro Autista

– Síndrome de Down, X-Frágil, Rett, Joubert, Williams, Aicardi, etc.

– Hiperactividad

– Parálisis cerebral

– Enfermedad Mitocondrial

– Retraso Madurativo

También estamos a tu disposición para realizar un plan de intervención personalizado.

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